domingo, 4 de julio de 2010

LA COMPASIÓN y sus benefecios

LOS BENEFICIOS DE LA COMPASIÓN



El ser humano se está alejando de los valores que le hacen ser feliz como la paz, la paciencia, la humildad, la alegría, la generosidad y los estados interiores negativos nos hacen ser desdichados, porque realmente no hemos nacido para alimentarlos.
La filosofía budista nos da un enfoque para retornar al estado natural de la mente y recuperar así nuestro equilibrio.
En años recientes muchos estudios apoyan la conclusión de que el desarrollo de la compasión y el altruismo tienen un efecto positivo sobre nuestra salud física y emocional.
En un conocido experimento, David Mc Clelland, psicólogo de la Universidad de Harvard, mostró a un grupo de estudiantes una película sobre la Madre Teresa trabajando entre los enfermos y los pobres de Calcuta. Los estudiantes declararon que la película había estimulado sus sentimientos de compasión.
Más tarde, se analizó la saliva de los estudiantes y se descubrió un incremento en el nivel de inmunoglobulina A, un anticuerpo que ayuda a combatir las infecciones respiratorias.
En otro estudio realizado por James House en el Centro de Investigación de la universidad de Michigan, los investigadores descubrieron que realizar trabajos de voluntariado con regularidad, interactuar con los demás en términos de benevolencia y compasión, aumentaba espectacularmente las expectativas de vida y, probablemente, también la vitalidad general.
Muchos investigadores del nuevo campo de la medicina mente-cuerpo han realizado descubrimientos similares y concluido que los estados mentales positivos pueden mejorar nuestra salud física.
Además de los efectos beneficiosos que tiene sobre la salud física, hay pruebas de que la compasión y el cuidado de los demás contribuyen a mantener una buena salud emocional. Abrirse para ayudar a los demás induce una sensación de felicidad y serenidad.
En un estudio realizado a lo largo de treinta años con un grupo de graduados de Harvard, el investigador George Vaillant llegó a la conclusión de que un estilo de vida altruista constituye un componente básico de una buena salud mental.
Una encuesta de Alían Luks, realizada entre varios miles de personas que participaban regularmente en actividades de voluntariado, más del 90% declaró tener una sensación de «entusiasmo» asociado con la actividad, caracterizado por un incremento de energía y autoestima y una especie de euforia. El voluntariado no sólo proporcionaba una interacción que era emocionalmente nutritiva sino también esa «serenidad del que ayuda», vinculada con el alivio de perturbaciones derivadas del estrés.

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